La ciudad de las siete colinas ofrece debido a lo abrupto de su orografía, unas posibilidades inimitables para ser observada desde miradores naturales diseminados por toda la ciudad. Entre ellos, los más recomendables serían:
Il giardino degli aranci – El jardín de los naranjos
En el monte Aventino, una de aquellas 7 colinas históricas de la ciudad, se encuentra el mirador más romántico de toda Roma. Se trata de aquel que se asoma en uno de los extremos del Jardín de los Naranjos. Este pequeño y precioso jardín, toma el nombre de los múltiples árboles frutales de los que es posible probar naranjas dulces varios meses al año.
Es la panorámica ideal para divisar la Isola Tiberina, Trastevere y el Giannicolo al fondo, así como otros puntos de la ciudad como la cúpula del museo judío o la espalda del Campidoglio, con el monumento a Vittorio Emanuele de Piazza Venezia.
Gianicolo
Esta colina, por el contrario, nunca perteneció a las 7 históricas de la ciudad, sino que ha sido incorporada hace relativamente poco tiempo. Se trata de la elevación existente tras el barrio de Trastevere. En su ladera es posible visitar el Jardín Ortobotánico de Roma, y a medida que subimos, monumentos como aquel a los caídos en la Primera Guerra Mundial o la fontana del Acqua Paola. En la cima disfrutamos de un precioso panorama de la ciudad y de la estatua ecuestre de Garibaldi. Esta colina también es la sede de la Academia de España y la residencia del embajador español, justo al lado de la iglesia de San Pietro in Montorio, lugar donde supuestamente fue crucificado San Pedro.
Pincio
La vista desde este mirador de Villa Borghese, nos ofrece principalmente una bonita panorámica de la Piazza del Popolo, el Ponte Regina Margherita y Via Cola di Rienzo, con la ciudad vaticana al fondo. Hacia la derecha puede divisarse el Monte Mario, con su observatorio astronómico, y hacia la izquierda todo el centro de la ciudad, y sus mil cúpulas.
Monte Mario
Tampoco este monte forma parte de las colinas históricas de la antigua Roma. Se trata de la elevación más alta de la ciudad con sus 139 metros de altura. Es muy difícil llegar a su cima si no disponemos de coche propio. En su cima, un famoso observatorio astronómico, Lo Zodìaco, domina la ciudad. La panorámica desde allí es impresionante, con las Colinas Albanas al fondo, aunque quizá se eche en falta el poder divisar la cúpula de San Pedro, cúpula que queda prácticamente a espaldas del mirador.
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